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El lado oscuro de la psique: el arquetipo la sombra de Jung.

Cuando nos sentimos atacados sin razón, cuando nos atrae o nos molesta exageradamente algo de alguien, estamos viendo la proyección de nuestra propia “sombra”. Este concepto desarrollado por Carl Gustav Jung resulta muy práctico para recuperar los aspectos propios que hemos rechazado de manera inconsciente.

Según Jung, nuestro inconsciente tiene rasgos y actitudes que el Yo Consciente no reconoce. Aquí abordaremos de manera sencilla los aspectos principales de esta noción de la psicología analítica.

Esto nos permitirá tomar conciencia de los aspectos propios que hemos de integrar para convertirnos en personas completas y auténticas.

 

Los arquetipos de Jung: ¿qué es un arquetipo?

El reconocido psicólogo y médico psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, dedicó toda su carrera al estudio de la psique humana. A lo largo de sus numerosos ensayos fue desarrollando primero, su “Psicología Analítica” y, más tarde, lo que denominó “Psicología Compleja”.

Jung habla de la psique y no de la mente, porque, según él, la psique abarca todos los procesos de la mente, los conscientes y los inconscientes.

 

«Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino.»

Carl Jung

 

Entre muchas de sus aportaciones desarrolló el concepto de arquetipo. Por definición, un arquetipo es un modelo original, un ejemplo ideal o un prototipo. Un símbolo reconocido por todos.

 

Para Jung, los arquetipos son la forma que se les da a algunas experiencias y recuerdos de nuestros primeros antepasados. De alguna manera, son como patrones de conducta que se heredan de generación en generación y que están guardados en nuestro inconsciente.

 

El arquetipo de la sombra

 

Según Carl Jung, el arquetipo sombra se define como el aspecto inconsciente de la personalidad caracterizado por rasgos y actitudes que el Yo Consciente no reconoce como propios.

A nivel individual, se trata de los aspectos rechazados de la personalidad, la suma de todas aquellas cualidades que no se reconocen como propias o no se consideran aceptables y que desearíamos ocultar. También incluye las funciones insuficientemente desarrolladas.

 

La sombra busca expresarse

Siguiendo los postulados de Jung, el inconsciente lucha por mostrarse, pero es reprimido continuamente por el ego. Por eso, la sombra está formada por energía psíquica reprimida que se proyecta en el exterior.

Hay muchas formas de alimentar la sombra. La más usual es la que conocemos como “luchar para ser bueno” ya que en ese intento reprimimos los aspectos de nuestra conducta que consideramos podrían ser reprochables.

 

“Prefiero ser un individuo completo que una persona buena”

Carl Gustav Jung

 

La sombra y la Bioneuroemoción

Todos tenemos una doble cara, la que mostramos y con la que nos identificamos, y la que ocultamos y rechazamos.

En Bioneuroemoción, a aquello que rechazamos lo llamamos ‘la historia detrás de la historia’. No ser conscientes de esta cara oculta es lo que nos lleva a repetir una y otra vez situaciones, dramas y patrones que no nos benefician.

La invitación es a integrar la propia sombra, pues esta es la clave para poder expresar nuestra luz. Recuperar los aspectos que un día rechazamos de nosotros mismos va a permitir brillar, manifestar plenamente todo lo que somos y lo que podemos ofrecer.

 

Conocernos y transformarnos a través de la sombra

Conectar con la sombra supone, la mayoría de las veces, reconectar con situaciones de un alto contenido emocional.

Por ejemplo, las experiencias dolorosas que vivimos cuando éramos niños y nuestra forma de reaccionar ante ellas. Allí tal vez tomamos decisiones que nos sirvieron para adaptarnos a nuestro ambiente pero que, desde la perspectiva del adulto, han quedado obsoletas.

No obstante, siguen teniendo un efecto inconsciente en nuestro comportamiento o nuestra forma de ver las cosas. Por ejemplo, cuando reaccionamos de manera desmedida ante un hecho que para los demás no resulta tan dramático.

Aunque estos eventos puedan ser aparentemente perjudiciales, nos dan la oportunidad de iluminar una parte «oscura» de nuestra personalidad para integrarla en nuestra vida de una manera beneficiosa. Así vamos completándonos y conectando con el poder que está latente en la sombra.

 

«Se puede convertir la experiencia en victorias, la vida en un triunfo interno.»

Viktor Frankl

 

Cómo conectar con la sombra

 

Cada persona tiene su sombra. Una manera de empezar a detectarla es cambiar nuestro diálogo interno y aprender a distinguir que, cuando nos quejamos de algo o de alguien, nos estamos quejando de algo propio

Por ejemplo, si juzgo como egoístas a los que van a lo suyo y no me escuchan, tal vez no me permito expresar esa faceta de mí mismo/a, probablemente escucho en exceso a los demás y no me permito ser esa persona «egoísta» que va a la suya cuando quiere y lo necesita.

 

La sombra siempre permanece conectada con las profundidades del alma, con la vida y la vitalidad, donde puede establecerse el contacto con lo creativo, lo trascendente y lo universalmente humano.

 

La Bioneuroemoción nos invita y nos ayuda a reconocer e integrar la propia sombra para encontrar nuestra plenitud.

El Cuarto Camino: claves para entender la doctrina de Gurdjieff

Para resumirlo en palabras simples, el Cuarto Camino de Gurdjieff es una escuela psicológica evolutiva para lograr la transformación de la conciencia. En este texto nos acercaremos a esta enseñanza tan importante para la humanidad, tratando de esclarecer qué es, por qué se le llama así y proporcionando claves para entenderla.

 

George Ivanovich Gurdjieff fue un maestro místico, filosofo y escritor de origen greco-armenio; nació en Gyumrí, Armenia, entre los años 1866 y 1877 —se ignora la fecha exacta— y murió en 1949 en Francia. Según sus biógrafos, su vida temprana se vio matizada por diversas aventuras: recorrió el Medio Oriente, viajó a la India y llegó hasta el Tibet;[1] transcurridos estos viajes, llevó a Occidente el conocimiento que había sido olvidado y prohibido, de modo que integró la sabiduría oriental y la ciencia occidental en una novedosa y extraordinaria doctrina.

 

Algunas de las influencias que recibió Gurdjieff provienen de filosofías de la India, del budismo tibetano —se dice, incluso, que tuvo contacto con el décimo tercer Dalai Lama— y de una escuela sufí esotérica de Afganistán llamada la Hermandad Sarmoung o Sarman, que significa “el que conserva la doctrina de Zoroastro o Zarathustra”, un antiguo profeta iraní. Gurdjieff hizo una síntesis de todos estos conocimientos y los convirtió en el Cuarto Camino, desarrollado en Rusia junto con el esoterista y escritor Piotr Demiánovich Ouspensky.

 

Tras la Revolución Rusa, Gurdjieff se trasladó a Turquía y, más tarde, dividió su tiempo entre tres países: Francia, Inglaterra y Alemania. En 1920 llegó a los Estados Unidos y trajo toda esta tradición y conocimiento a América. Hoy, el Cuarto Camino es un movimiento con un gran número de seguidores a nivel mundial dentro de lo que se llama “psicología transpersonal”, la cual integra los aspectos espirituales y trascendentes de la experiencia humana con métodos y enfoques extraídos de la psicología moderna.

 

¿Qué es el Cuarto Camino y qué plantea?

 

Tradicionalmente, en diversas escuelas de filosofía de la India se habla de cuatro etapas de aprendizaje que se toman como trayectos o caminos a recorrer para el desarrollo de la conciencia. Estos son: el camino del fakir, que se desarrolla con entrenamientos arduos que culminan en una voluntad fuerte, la cual ejerce control sobre el cuerpo físico; en segundo lugar, el camino del monje —bhakti yoga en Oriente— que, a través de la devoción a un Yo Superior y hacia la vida en general, desarrolla un nivel superior de conciencia; le sigue, en tercer sitio, el camino del yogui, que hace referencia a un ser reflexivo que estudia toda la teoría del conocimiento, la ciencia, el arte, la filosofía y la religión; la cuarta etapa, Raja Yoga o Yoga de los Reyes, trabaja simultáneamente sobre los tres caminos anteriores.

 

Gurdjieff postuló que, así como existen tres caminos, el ser humano tiene tres cerebros o mentes: la instintiva motriz, la emocional y la intelectual; como seguir cada camino de forma aislada genera apego y fanatismo hacia un solo tipo de conocimiento, afirmó que el desarrollo integral de un individuo implica que las tres mentes trabajen en armonía: en otras palabras, que lo que hacemos, lo que sentimos y lo que pensamos deben estar armonizados.

 

Para Gurdjieff, la evolución de la conciencia sigue esta secuencia de pasos, pero el Cuarto Camino plantea una meta mayor: que, de forma simultánea, se desarrollen los tres aspectos de nuestra naturaleza, sin las condiciones del fakir, el monje o el yogui. Esto quiere decir que no hace falta someter el cuerpo a arduos rigores, ni pasar horas en oración, ni tampoco leer toda una biblioteca para alcanzar el pleno desarrollo.

 

El Cuarto Camino es, entonces, un atajo que atiende al mismo tiempo los tres aspectos o las tres mentes de nuestra naturaleza humana. Y como es, a la vez, un método que cristaliza la decisión de realizarlo, de ninguna manera es un dogma o una secta de fanáticos, pues todo parte de la práctica voluntaria.

 

Así, esta doctrina ofrece una alternativa de pensamiento y experiencia a quienes están cansados del materialismo, los dogmas religiosos, las relaciones emocionales y las creencias intelectuales, y ofrece una vía para que los individuos descontentos que sufren, pero no carecen de esperanza, encuentren otro modo de ver la realidad, sin que éste les sea impuesto por otros. Para lograr una mejor comprensión, resumiremos sus principios en cinco claves:

El Cuarto Camino tiene un aspecto psicológico: el estudio de la conducta humana y el desarrollo de técnicas para transformar las emociones negativas, y así alcanzar un estado de conciencia que permita una mayor claridad de uno mismo y del mundo.

 

Ofrece un sistema cosmológico y una cosmovisión, y esclarece cuál es el lugar del hombre y de la mujer en el universo que habitamos.

Tiene un aspecto alquímico que cuestiona la relación que hay entre la mente y el cuerpo, así como los intercambios de sustancias psicofísicas en manifestaciones como el cuerpo astral, uno de los cuerpos sutiles propuestos por muchas filosofías, y que es algo así como el punto intermedio entre el alma inteligente y el cuerpo mental.

 

Es una doctrina metafísica, cosmológica y filosófica basada en la creencia de que los seres humanos necesitamos herramientas dentro de nuestra vida cotidiana para despertar del sueño en el que estamos inmersos: la mal llamada “conciencia de vigilia”.

 

El Cuarto Camino propone el autoconocimiento, la atención consciente del pensamiento y del entorno, y sobre todo el recuerdo de uno mismo, sin retirarse del mundo pero dándose tiempo para el estudio y el aprendizaje, tanto en la vida exterior como en el ámbito interior.

Para acercarse más profundamente a este pensamiento, se pueden consultar los tres libros que escribió Gurdjieff: Relatos de Belcebú a su nieto, Perspectivas del mundo real y el ya mencionado Encuentros con hombres notables. De igual modo, es recomendable leer los títulos escritos por Thomas y Olga de Hartmann —quien fue su estudiante y secretaria personal— y, desde luego, a Ouspensky y su Búsqueda de lo milagroso.

 

En lo personal, creo que vale la pena darse la oportunidad de explorar e intentar comprender lo que propone esta doctrina y, si es tu voluntad, encontrar tu propio cuarto camino: una ruta hacia tu realización interior, hacia la conexión con verdades profundas del ser y al descubrimiento del universo que habitamos.

Reflexion del 27 de Julio de 2025.

DAR LIBREMENTE

Haremos cualesquier sacrificios personales necesarios para asegurar la unidad de Alcohólicos Anónimos. Lo haremos porque hemos aprendido a amar a Dios y los unos a los otros.

 

A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, p. 234

 

Ser automantenido por mis propias contribuciones nunca era uno de mis puntos fuertes durante mis días de alcohólico activo. Dar tiempo o dinero siempre tenía que llevar una etiqueta con precio.

Como recién llegado se me dijo que “tenemos que darlo para mantenerlo”. Cuando empecé a adoptar los principios de Alcohólicos Anónimos en mi vida, muy pronto me di cuenta de que dar a la Comunidad como una expresión de la gratitud sentida en mi corazón es un privilegio. Mi amor a Dios y a otros se convirtió en el factor motivador de mi vida, sin ningún pensamiento de recompensa. Ahora me doy cuenta de que dar libremente es la manera en que Dios se expresa a través de mí.